Dale Una Vuelta https://www.daleunavuelta.org Adicción a la pornografía. Datos y ayuda. Thu, 23 May 2024 18:01:40 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.4.4 https://www.daleunavuelta.org/wp-content/uploads/2018/05/cropped-DUV-32x32.png Dale Una Vuelta https://www.daleunavuelta.org 32 32 La dictadura del placer y la pornoilusión https://www.daleunavuelta.org/la-dictadura-del-placer-y-la-pornoilusion/ https://www.daleunavuelta.org/la-dictadura-del-placer-y-la-pornoilusion/#respond Thu, 23 May 2024 18:01:40 +0000 https://www.daleunavuelta.org/?p=20458 En un mundo en el que todo lo que consumimos parece perfecto, aparece, cómo no, el concepto de pornoilusión.

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Vivimos en una sociedad que muchos titulan como la “sociedad de la imagen”. Nos rodean las pantallas, las series de Netflix, las fotos de Instagram, los anuncios allá a donde vayamos… Y todas estas imágenes suelen tener algo en común: gente contenta. ¿Lo has pensado alguna vez?

Todo lo que vemos está diseñado para evocar algo en nosotros. Un anuncio de coches de lujo puede mostrar una pareja, bien vestidos, conduciendo con música y riendo entre los dos. Casi parece que en el anuncio nos dicen “¡Compra este coche y siéntete igual de feliz y pleno que las personas del anuncio!”. Y, aunque si lo pensamos, sabemos que no será así, hay una parte de nuestra consciencia que pica el anzuelo.

Con las imágenes de Instagram o TikTok pasa lo mismo. La mayoría de selfies o fotos que se suben al perfil, se cuelgan con la intención de provocar algo en el que la vea; ya sea admiración, sensación de belleza o envidia. Solemos compartir nuestros mejores momentos: un viaje con amigos, una noche de fiesta o el momento de nuestra graduación. Sin embargo, aquello más negativo pierde su hueco en nuestras cámaras. Y entonces tenemos una sociedad de la imagen, pero sólo de la imagen positiva, casi de ensueño, que, al fin y al cabo, es una sociedad irreal.

Así, rodeados de imágenes perfectas, cuando miramos la imperfección de nuestra vida, nos preguntamos: “¿por qué otros sí y yo no?”.

Una felicidad obligatoria

«La dictadura del placer y la pornoilusión» es el original título que corresponde a la charla TEDx Talks que te recomendamos, impartida hace unos años por la psicóloga Georgina Vorano. Con mucho sentido del humor, lo que introduce Vorano es exactamente esto: la dictadura del placer. Vivimos en un mundo en el que parece que la felicidad se ha vuelto obligatoria. Todo lo que hacemos tiene que estar hecho con pasión. Viendo el viaje de una amiga en Instagram, o el baile de TikTok de otro, nosotros mismos nos sentimos compelidos a disfrutar más y más, como si fuese un deber o exigencia.

Si te vas de viaje, es para disfrutarlo (incluso si no ha sido un buen viaje). Si sales de fiesta, es para disfrutarlo (incluso si no ha sido tu noche). Y si quedas con un amigo, es para colgarlo en Instagram (incluso si no ha sido la mejor conversación). Así, vivimos con la sensación de que “tenemos que estar felices” y mostrarlo, y hacer las cosas que a todo el mundo les hace felices. Disfrutando todo siempre.

Georgina explica que esto nos ocurre también en la vida sexual, a lo que ella llama “pornoilusión”.

La pornoilusión

Este término nos presenta la ilusión o engaño que muchas veces nos creemos, de que las relaciones sexuales perfectas existen, y nos las muestran las películas y vídeos pornográficos. En una película romántica puede llegar la típica escena en la que, en el momento sexual todo sale rodado, sin comunicación ni incomodidades, y al final, alguno de los dos exclama “’¡ha sido fantástico!”. Y eso es solo las películas… En la pornografía que consumimos se nos presenta un verdadero escenario de teatro, llevado por un guion “perfecto”. Todos disfrutan, todo funciona sin desajustes, todo híper-placentero.

Sin embargo, ¿es así como ocurre en la vida real? Claramente, no. Desde las películas románticas hasta la misma pornografía, siempre se evita enseñar la cara más humana de la sexualidad. Esa cara que nos define como humanos: nuestras imperfecciones y diferencias. Nada sucede por arte de magia, y las cosas, la mayoría de veces, no suelen salir rodadas. El sexo, sobre todo aquel que es sano, es una relación, y como en todas las relaciones, hay dos personas: dos tipos de expectativas, dos tipos distintos de vivir el placer, dos tipos de comunicación, dos cuerpos reales, y dos tipos de vivencias.

El sexo hoy en día, nos parece más una cuestión de performance, rendimiento o técnica. Nos hemos tragado la pornoilusión que nos han vendido, y se nos ha olvidado que el sexo no es algo individual. ¿Qué implica eso? Que el verdadero disfrute está en el conectar con la otra persona, no en cuántos orgasmos tenemos, ni cómo de perfecto sale todo. Mientras haya dos personas humanas, habrá diferencias y el mejor sexo probablemente es aquel que las acoge, las comunica y las contempla como la riqueza que son, lo que puede implicar momentos incómodos o imperfecciones.

No nos podemos olvidar de que la pornografía es falsa. Está hecha para vender. Recordando esto, no dejemos que nos aleje de nosotros mismos, de nuestra parte más humana. Vivimos tan rodeados de ‘teatros perfectos’ que se nos ha olvidado que nosotros no tenemos por qué serlo. Tal y como dice Vorano: tenemos que encontrar la manera propia de disfrutar, de vivir, de amar y de hacer.

 

Referencias:

TEDx Talks de Georgina Vorano.

 

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Del enemigo, el consejo https://www.daleunavuelta.org/del-enemigo-el-consejo/ https://www.daleunavuelta.org/del-enemigo-el-consejo/#respond Thu, 16 May 2024 15:42:07 +0000 https://www.daleunavuelta.org/?p=20423 ¿Por qué pornografía y no otra adicción? Las tres especialidades de la pornografía, una experta en enredos, pero también en consejos para el conocimiento propio.

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Quizá cuando sufrimos una adicción a la pornografía podemos llegar a preguntarnos: ¿por qué yo?, ¿por qué la pornografía?, ¿por qué desarrollar una adicción a estos contenidos, pero no a cosas más “normales” como el alcohol, el tabaco o cualquier otra sustancia…?, ¿por qué la pornografía me engancha, pero los juegos del móvil no, o no tanto?

Llevar una adicción así a hombros a veces parece más difícil que otro tipo de adicciones. No solo nos pesa la adicción como tal, con todo lo que conlleva, sino que además debemos aguantar el peso social. Lo “horrible” que sería si la gente supiese que consumo pornografía. El número de tabúes que rodean esta cuestión. Esta adicción en concreto carga con otro peso que nos dice que “nadie debe saber esto”, un peso que se vive en soledad, y que nos da la sensación de llevar una doble vida. Con los demás soy yo, el de siempre, pero los contenidos que veo durante horas hablan de alguien muy distinto. ¿Por qué?

Una trampa fácil

En gran parte, la culpa no la tenemos nosotros, por así decirlo. La pornografía tiene una serie de características que la convierten en un verdadero cebo para quien se encuentra con ella sin advertencia. Cooper realizó una investigación en 1998, y planteó el “Modelo triple A”: la pornografía online destaca por ser accesible, asequible y anónima.

Que sea accesible implica dos cosas. Primero, que tienes miles de páginas a tu disposición. Muchos testimonios de la adicción describen su entrada al mundo de la pornografía como un “paraíso con una oferta ilimitada. Con una facilidad completa, tenemos acceso a todo aquello que oferta este oscuro mundo. Segundo, implica también que no importan ni el momento del día, ni el lugar en el que estés. Podríamos decir que la adicción a la pornografía online es de las primeras adicciones que persiguen al adicto, en vez de al revés. Allá a donde vayas, llevarás contigo un dispositivo, el móvil, el ordenador… Recordatorios constantes de la sencilla accesibilidad que protagoniza nuestra adicción.

Por no mencionar también que, a nivel social, la pornografía es ampliamente aceptada. Muchas veces la publicidad y el marketing saben exactamente qué hará que prestes atención a su anuncio, a su vídeo musical o a su portada de revista. No dudan en presentar escenas que rozan lo pornográfico para conseguir más visitas, compras o beneficios. Pero para el adicto o la persona en riesgo de convertirse en uno, esto sólo dificulta salir del nudo en el que está atado.

Que sea asequible, su segunda característica, nos habla de su precio: mucha pornografía es gratis. En teoría, al menos… Porque si paramos a pensarlo nos damos cuenta de que lo que es gratis suele tener un precio del que no somos conscientes (aquí puedes saber más). Pero, en cualquier caso, no hay que pagar nada, ni andar hasta una tienda, ni si quiera hacer un mínimo esfuerzo por acceder a la pornografía. Nada. Completamente gratis.

Por último, que sea anónima constituye gran parte del problema… Es una adicción muy secreta y fácil de esconder. No tiene por qué salir de mi intimidad ni comprometerme de ningún modo… Aunque precisamente esto se vuelve en nuestra contra: podemos esconderla de los demás, pero no de nosotros mismos. Cerramos la puerta a los demás, pero se la abrimos a la soledad, a la culpa y a la comodidad. Entramos en un mundo en el que estamos solos, y las reglas sociales aquí no cuentan. Sacamos nuestro peor lado, visualizamos contenidos que nunca creímos que llegarían a nuestras pantallas.

Y, además, es este aislamiento el que luego hace que nos cueste pedir ayuda.

¿Qué dice mi adicción sobre mí?

Hay cosas de nuestra personalidad o nuestra psicología que también nos predisponen a caer en ella. Algo parecido al refrán popular “se junta el hambre con las ganas de comer”. ¿Qué son esos factores que nos llevan concretamente a la pornografía y no a otros comportamientos o sustancias?

Muchas investigaciones hablan de la función reguladora de la pornografía, es decir: la visualización y el hábito de consumir pornografía regula algo en nosotros que antes estaba alterado. Nos calma, sacia aspectos que no sabemos saciar de otra forma. Por ello, perfiles como los siguientes son más propensos a necesitar esta función reguladora: personas con tendencia al aburrimiento, propensas a sentir irritabilidad, con baja tolerancia a la frustración, con una alta búsqueda de novedad, personas impulsivas, muy ansiosas o nerviosas, al igual que con baja autoestima, o con tendencias adictivas.

También se destaca la introversión. Las personas introvertidas, con todas las cualidades típicas de esta personalidad, también tienen un gran punto débil: tienden más a la inseguridad, a cerrarse en sí mismos. Esto les lleva muchas veces a buscar respuestas por sí mismos. Buscar soluciones, diversión o placer sin contar con los demás.

No es que estos aspectos sean malos o buenos, sino que nos predisponen. Esto significa que nos crean un punto débil, en el que la pornografía encaja perfectamente. Y entonces se crea una relación cada vez más adictiva entre la pornografía, hecha a tu medida con las tres aes antes descritas, y nuestra personalidad, que busca algo que la llene y la calme.

Por ello, es importante preguntarse: ¿cuál es mi punto débil? Y ¿qué hace que la pornografía sea para mí el antídoto perfecto? Como dice el viejo refrán, «Del enemigo, el consejo», pensemos qué beneficios podemos extraer de un enemigo llamado pornografía: algún consejo sobre nuestros miedos, problemas no resueltos, vacíos, emociones mal reguladas, etc. 

 

Referencias:

https://www.youtube.com/watch?v=GXw9owfKvFg

https://www.youtube.com/watch?v=x02Kd8imWtw

Cooper, 1998, “Sexuality and the Internet: Surfing into the New Millennium” https://doi.org/10.1089/cpb.1998.1.187

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Una privacidad no tan privada https://www.daleunavuelta.org/una-privacidad-no-tan-privada/ https://www.daleunavuelta.org/una-privacidad-no-tan-privada/#respond Thu, 09 May 2024 12:10:10 +0000 https://www.daleunavuelta.org/?p=20398 Si el producto es gratis... el producto eres tú. Los datos, y por tanto tus intereses, están en algún lugar, en la nube. En la nube de alguien.

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¿Alguna vez te has preguntado si las pestañas de incógnito verdaderamente salvaguardan lo que vemos? Ponemos nuestra privacidad y confianza en un simple clic. Con apretar el botón de “Sí, acepto”, nos basta. Total, ¿quién se iba a leer la letra pequeña? Y mucho menos cuando se accede a una página pornográfica… Como para pararse a leer, ¿no?

Un estudio reciente se preocupó exactamente por esto. Realizó un análisis de 22.484 webs de pornografía. Sí, 22 mil. Descubrió algo impactante: nuestra privacidad no es tan privada como creíamos. Un 93% de estas páginas filtran datos a terceros. ¿Qué datos? Tus preferencias sexuales, el tipo de porno que consumes, los vídeos que más ves… Cualquier cosa que les permita crear un “perfil de consumidor”. Es decir, un perfil bajo el cual quedan registrados en detalle tus hábitos de consumo y tus intereses.

Tus gustos sexuales, el nuevo producto del mercado

La verdadera cuestión es la de siempre: ¿para qué? Según redacta el estudio, publicado en 2020 en la revista New Media & Society, muchas veces emplean estos perfiles para publicidad individualizada. Anuncios personalizados y confeccionados a tu medida personal. Tendemos a pensar que las páginas web o aplicaciones se tratan de entidades autónomas e independientes. Sin embargo, muchas webs y apps incluyen códigos de terceros, que los usuarios normalmente desconocen. Este código puede permitir a las empresas monitorear nuestras acciones, normalmente sin nuestro conocimiento o consentimiento. Es más, muchos sitios web tienen acuerdos de reparto de ingresos con redes publicitarias de terceros. Es decir, que al incluir estas empresas adicionales que monitorean, obtienen un beneficio económico directo.

¿Quiénes pueden ser estos “terceros”? Cuentas como Google o Facebook ofrecen a las webs múltiples servicios “gratuitos” subsidiados, a cambio de permitirles rastrear a los usuarios de sus páginas. El estudio identificó a diversas otras compañías como Alphabet, Oracle, e incluyendo Facebook, como empresas detrás de los rastreadores de datos.

Venden tus datos, tus preferencias sexuales. En resumen, te venden a ti.

¿Somos los únicos dueños de lo que vemos?

El mismo estudio mencionado lo dice: en 2017, Pornhub recibió alrededor de 28.5 billones de visitas. Sus usuarios realizaban 50.000 búsquedas por segundo en la web. ¿Te imaginas cuántos datos se pueden haber obtenido desde entonces?

Las personas que visitan estas webs pornográficas tienen un sentido falso de privacidad y seguridad. Cuando cierran la pestaña, ignoran que no han sido los únicos que saben qué acaban de ver. Ponen toda su confianza en que era una pestaña incógnito, y ya.

El riesgo se encuentra en el acceso a estos datos sin el consentimiento del usuario, de tal forma que hay una entidad que tiene datos sobre tu consumo que quizás no querrías que tuviesen. Al visitar una página pornográfica, nuestros datos quedan automáticamente expuestos. Estas páginas no solo forman parte de una industria oscura, sino también descontrolada. Los investigadores llegaron a identificar 230 empresas y servicios de rastreo, aunque en las páginas pornográficas, la mayoría de ellos se concentraban en unas pocas compañías como Google (responsable del rastreo en los 74% de los sitios), Oracle (24%) y Facebook (10%).

Una fuga abrumadora

Esta fuga abrumadora de datos tan privados compone una cara más de las miles tan oscuras en la industria del porno. Aunque las políticas de privacidad estén disponibles en algunas de estas páginas, muchas veces los usuarios no las entienden o no pueden leerlas. La letra pequeña queda reducida a un fácil “Sí, acepto” con el que los consumidores se quedan a gusto.

Una regulación gubernamental podría impedir esta problemática que parece tan urgente. Se podría exigir a estas webs y empresas que cumplan con sus políticas de privacidad, y que respeten la intimidad de las personas. Por lo menos, que informen apropiadamente al consumidor. Sin embargo, la fuga sigue ocurriendo, y las cifras siguen subiendo. Cifras tanto de consumo de pornografía, como de beneficio monetario para las empresas. Porque al final, respetar la privacidad y la intimidad no parece generar ingresos.

¿De verdad vamos a seguir participando de esta industria? Hay que darle una vuelta.

 

Referencias:

Maris, E., Libert, T., & Henrichsen, J. R. (2020). Tracking sex: The implications of widespread sexual data leakage and tracking on porn websites. New Media & Society, 22(11), 2018-2038.

https://doi.org/10.1177/1461444820924632

https://elpais.com/tecnologia/2019/07/26/actualidad/1564159740_927581.html#

Imagen: Shutterstock / Built In

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IA, pornografía… y más allá https://www.daleunavuelta.org/ia-pornografia-y-mas-alla/ https://www.daleunavuelta.org/ia-pornografia-y-mas-alla/#respond Thu, 02 May 2024 08:56:02 +0000 https://www.daleunavuelta.org/?p=20377 Chat GPT es la cara buena de una moneda que esconde otra cara muy, pero que muy oscura.

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En octubre de 2023, un joven de 17 años en Súria (Cataluña) fue detenido por la Policía Nacional a causa de la producción, posesión y distribución masiva de pornografía infantil. El material consistía en más de 300 imágenes reales de menores, captadas desde su ventana, que habían sido retocadas mediante la IA.

En diciembre del mismo año, la Fiscalía de Menores de Barcelona investigaba a dos adolescentes por manipular imágenes reales de menores a través de la inteligencia artificial para convertirlas en contenidos sexuales.

En 2024, una escuela en Andorra se enfrentó a un caso similar con dos de sus estudiantes. Dos jóvenes que habían modificado imágenes de sus compañeros de clase para mostrarlos desnudos, y luego difundir el contenido por mensajes y redes sociales.

Por desgracia, podríamos seguir narrando casos y casos. ¿Qué está ocurriendo en la sociedad?

IA, ASI, ¿qué es?

Hoy en día, el avance de la IA es un tema que se encuentra en boca de todos. Normalmente pensamos en la IA como algo favorable, novedoso y facilitador de nuestras tareas. Por ejemplo, Chat GPT ha ayudado a todo tipo de personas que le solicitan hacer desde deberes escolares hasta complejas tareas profesionales. Sin embargo, esa es solo una cara de la gran complejidad de estas tecnologías. Los expertos han definido tres tipos de IA, y no todas son tan sencillas como Chat GPT.

ANI: Inteligencia Artificial débil. Son sistemas de IA programados para hacer una tarea específica, como puede ser un chatbot, búsquedas en internet, coches que se conducen solos, reconocimiento de voz o facial… También conocida como “IA estrecha”, se caracterizan por llevar a cabo su tarea, sin desarrollar capacidades de aprendizaje más allá de su área.

AGI: Inteligencia Artificial general. Son sistemas que sí poseen la capacidad de comprender una tarea nueva, aprender sobre ella y reproducirla. Esto implica un detalle muy importante: poseen la capacidad de hacer cualquier tarea que un ser humano pueda hacer, ya que no son programados para realizar una tarea, sino para aprender.Tienen un amplio rango de las habilidades cognitivas que tenemos los humanos, desarrollando la habilidad de adaptarse a nuevas situaciones y ampliar su conocimiento.Se podría decir que conseguir una AGI funcional es el objetivo final del campo de investigación en IA.

ASI: Inteligencia Artificial Superinteligente. Este tipo de IA comprende un gran debate en la comunidad científica actual, ya que se refiere a un nivel hipotético de la IA, aún no alcanzado por nuestra sociedad. Es una clase de IA capaz de superar a la mente humana en todos los aspectos, incluyendo nuestra creatividad, la resolución de problemas y comprensión de todo tipo de situaciones.

IA y pornografía: otro escenario delictivo del abuso sexual

Nuestra sociedad actual se mueve sobre todo en el nivel de la ANI. Los sistemas de IA, a pesar de ‘ponerse de moda’ ahora, llevan en nuestro día a día mucho tiempo, siendo su influencia casi ineludible: en los móviles, los GPS, las aplicaciones del clima, plataformas de música que conocen tus preferencias, las redes sociales con sus recomendaciones individualizadas… Sin embargo, hay dos tipos de opinión que se organizan en torno al tema: opiniones optimistas, a favor del avance tecnológico, y opiniones catastrofistas.

La pornografía forma parte de los argumentos para las segundas. Al igual que en los años 80 la pornografía no tenía nada que ver con la pornografía que se consume ahora; con el avance de la IA, la pornografía puede, de nuevo, alcanzar límites que ni imaginábamos (y en mucho menos tiempo que 40 años…).

El año pasado, las empresas de tecnología informaron sobre más de 45 millones de fotografías y videos en línea de niños que sufrían abuso sexual, más del doble de lo que encontraron el año anterior” fue el titular de un artículo de The New York Times, publicado en 2019.

Cada vez son más los casos relacionados con el abuso sexual por la IA. “El horror al que nos enfrentamos es que ahora cualquiera puede sacar la imagen de un niño o niña de las redes sociales, de la página de una escuela o de un evento deportivo y aplicar un proceso que algunos denominan como ‘desnudamiento’”, según relató Michael Bourke para The New York Times, quien trabajó como psicólogo jefe del servicio de Alguaciles de EEUU. Solo se requiere dar una instrucción a la IA para generar vídeos e imágenes realistas de toda clase de abusos tanto infantiles como adultos.

Por ejemplo, los famosos también son de los más expuestos a este tipo de degradación. Imágenes falsas y sexualmente explícitas de Taylor Swift circulaban de forma masiva al inicio de 2024, según recogieron diversos periódicos. Estas imágenes se difundieron rápidamente a través de redes sociales, obteniendo millones de visitas antes de que se pudieran suspender.

Deshacer un daño que ya está hecho

En el caso de las imágenes de Taylor Swift, cuando una cuenta ha sido suspendida y sus publicaciones retiradas, las imágenes ya se han compartido en otras plataformas y redes sociales. Debido al carácter de las redes, impedir la difusión de este material se vuelve una misión imposible. ¿Cómo protegemos a las víctimas de una invasión como esta?

Además, muchos expertos alertan sobre la imposibilidad de distinguir entre imágenes generadas por la IA e imágenes reales, lo que dificulta identificar a una víctima real de una falsa. Este hecho dificulta las investigaciones realizadas por los cuerpos policiales, los cuales no cuentan con recursos suficientes para identificar estos delitos y proteger a los menores.

Según The New York Times: «Aunque solo hay unos pocos casos actuales que involucran material de abuso sexual infantil generado por IA, se espera que ese número crezca de manera exponencial y resalte preguntas novedosas y complejas sobre si las leyes federales y estatales existentes son adecuadas para procesar estos delitos”. ¿Está preparada nuestra sociedad para frenar este tipo de delitos?

Referencias:

https://www.linkedin.com/pulse/ani-agi-y-asi-el-futuro-de-la-ia-miguel-%C3%A1ngel-trabado/

Noticias:

https://www.nytimes.com/es/2024/02/01/espanol/inteligencia-artificial-abuso-infantil.html

https://www.nytimes.com/interactive/2019/09/28/us/child-sex-abuse.html

https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20231226/fiscalia-manipulacion-fotos-inteligencia-artificial-violencia-genero-mujer-96184483

Caso de Andorra: https://pobleandorra.com/successos/una-escola-expulsa-temporalment-dos-nois-per-alterar-imatges-de-menors-amb-ia-per-mostrar-los-despullats-i-penjar-ho-a-les-xarxes/

Imágenes falsas de Taylor Swift: https://www.nytimes.com/es/2024/01/26/espanol/taylor-swift-deepfake-imagenes-falsas.html

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Las cuatro reglas de oro https://www.daleunavuelta.org/las-cuatro-reglas-de-oro/ https://www.daleunavuelta.org/las-cuatro-reglas-de-oro/#comments Thu, 25 Apr 2024 16:28:22 +0000 https://www.daleunavuelta.org/?p=20347 Hace 21 años, un hombre se atrevió a contar su historia. Estableció cuatro reglas de oro que un adicto no debe olvidar, y que cambiaron miles de vidas.

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El 23 de abril de 2003, hace casi exactamente 21 años, un hombre de nacionalidad italiana, apodado “Marco”, decidió crear un grupo online en Yahoo!, el cual denominó noallapornodipendenza: No a la dependencia del porno.

Este grupo comenzó con el testimonio de ‘Marco’, quien contó su historia a través de un mensaje. Él describía su entrada al mundo de la pornografía como algo fascinante e increíble: tener todo a la propia disposición, de forma completa y total. Afirmaba que, al inicio, no lo veía como un problema, ni como algo que pudiese generar una carencia real en su sexualidad. La oferta de la pornografía en Internet era una oferta infinita.

Todo esto capturaba más y más su cerebro, según lo describía, y poco a poco perdía interés en la vida real. Por fuera, las personas que le conocían comenzaban a ver que algo iba mal. Ya no salía con sus amigos, no se unía a las fiestas, estaba más nervioso, más cansado. Él comenzaba a sentirse mal, pero no lo asociaba a las horas, horas y horas que pasaba frente al ordenador, viendo pornografía.

A cualquier hora del día que desease, nada más se presentaban las imágenes frente a él, se masturbaba. Él definía esta masturbación como “obsesionante”, duraba horas y horas, con su atención completamente nublada. Cada vez necesitaba más para sentir lo que sentía al principio.

Según pasaba el tiempo se sentía exhausto, y tras terminar su consumo, pensaba “no es posible, no es posible que haya estado 45 horas aquí”. Se prometía que esa habría sido la última vez. Era una destrucción progresiva. No podía continuar así.

Estuvo acudiendo a terapia con una psicóloga, pero no le hablaba de su dependencia pornográfica, principalmente porque él no sospechaba de la relación entre la visualización de pornografía prolongada y aquello que verdaderamente le preocupaba: su pérdida de interés en la vida.

Se dio cuenta de que su consumo era problemático cuando quiso tener un encuentro sexual con una mujer real. Como consecuencia del consumo impulsivo, sufría de impotencia: en el momento en el que quiso tener algo con una mujer, su cuerpo se mostró completamente impotente, era incapaz de tener una erección. Sin embargo, frente al ordenador, la impotencia desaparecía por completo.

Fue entonces cuando se propuso recomenzar.

Noallapornodipendenza

Marco, cuyo usuario era Ulisseuno 2003, tras relatar con gran valentía su historia en el nuevo grupo, afirmó que la dependencia de la ciber-pornografía es real, está muy extendida entre los hombres y es, además, patológica. Después, animó a los participantes a que se uniesen, a ser sinceros, a compartir su sufrimiento y decir lo que pensaban en sus propias palabras, sin tapujos.

El primero en unirse al grupo fue “Guido”, un usuario que, al descubrir el mensaje del fundador respondió: “Hay otras personas como yo. No estoy solo… Puedo decir lo que opino y hacerme entender, de verdad. Me siento entendido por personas que pasan por lo mismo”.

Lo que parecía como un pequeño grupo, en medio de los miles de Yahoo!, comenzó a crecer como una llama sedienta. En menos de tres semanas, el grupo ya tenía 35 miembros. Pero para Julio ya tenían más de 260, con alrededor de 700 mensajes cada mes. Al cabo de un año, el grupo se había transformado en una comunidad virtual de unos mil miembros, y cien mil visitantes. Después de dos años y medio de actividad, el grupo se componía de 2575 miembros, con una media de 270 mensajes cada mes en 2006Quién hubiese pensado que un problema del que nunca se hablaba, que parecía pertenecer a casos “raros”, aislados, necesitase tanto la aparición de un grupo como este.

Ya no era un simple grupo; era una comunidad. Un equipo de gente que contaban sus historias y se sentían comprendidos y acompañados. Un equipo de gente que estaba cansada y herida, y deseaba un cambio en su vida.

Las cuatro reglas de oro

El mensaje que inauguró el grupo en 2003 no solo contenía el testimonio de “Marco”, sino que exponía también lo que el autor denominó “cuatro puntos esenciales en la dependencia del ciberporno”:

I. “Lo nuestro no es una aberración, sino una enfermedad mental concreta, con causas claras, estudios e investigaciones sobre el tema y remedios reales”.

II. “Muchos de nosotros padecemos esta enfermedad, pero en Italia, sobre todo, la gente no está acostumbrada a hablar al respecto, probablemente porque se percibe como un signo de falta de salud sexual, de falta de masculinidad y de un erotismo fuera de lugar”.

III. “Podemos escapar de la dependencia, pero necesitamos saber mucho más de nosotros mismos, y de lo que representa la pornografía para nosotros…”.

IV. “La pornodependencia nos proporciona emociones fuertes y cómodas: para deshacernos de ellas necesitamos encontrar otras emociones, emociones que sean más fuertes, más agradables, más humanas y más en armonía con nuestra espiritualidad”.

Estos cuatro puntos fueron los cuatro pilares de un grupo en el que la gente sanaba. Con solo cuatro, consiguieron quitar las etiquetas de miles de personas que pensaban que eran “monstruos” o que “estaban sucios”, tal y como ellos redactaban en sus mensajes. Estas reglas de oro se convirtieron en una bandera que aseguraba que, tras esta batalla, había una salida. Había esperanza para liberarse de la adicción.

Cada uno contaba su historia, contaba cómo esta dependencia se había apoderado de su autoestima, de su interés por el día a día, su concentración y sus vidas sexuales con sus parejas. Muchos de ellos hablaban de un aislamiento doloroso y progresivo de su mundo exterior. Ya no les interesaba pertenecer a él. Pero tampoco sabían parar.

“Marco” entendía cómo se sentía sufrir de un problema que escapaba su control. Entendía lo que era sentirse juzgado, juzgarse a sí mismo, y a la vez, no poder parar. Más tarde, el fundador del grupo reveló su verdadera identidad, su imagen, su carrera laboral e incluso sus números de teléfono. Siendo su verdadero nombre Vicenzo Punzi, accedió a entrevistas en revistas conocidas, e incluso contó su testimonio en programas de televisión italianos populares, al igual que en la publicación de su primer libro.

Nunca estás solo

El grupo se componía de todo tipo de personas. La mayoría eran hombres adultos. Muchos de ellos eran estudiantes universitarios, al igual que hombres solteros con títulos académicos. Había administradores de empresas, gerentes, profesores, informáticos, ingenieros, arquitectos y paramédicos. Algunos de ellos reportaban haber sido adictos previamente a sustancias como cocaína, heroína o alcohol. Otros narraban sus historias de abuso infantil, sus batallas contra la depresión o el insomnio, e incluso lesiones físicas graves de discapacidad.

Cada uno tenía su historia, y encontraban su consuelo en narrar en libertad. Encontrar sus propias palabras, y que su voz pudiese ser escuchada y comprendida. El anonimato que se daba en el grupo creaba una oportunidad para que cada miembro se abriese de forma genuina, sin necesidad de cohibir parte de su historia o personalidad. No solo fue “Guido” el que se sentía menos aislado, sino que todos los miembros del grupo referían encontrar un verdadero consuelo en esta comunidad.

Un sitio donde contar TU historia

Gabriel Cavaglion, en el año 2008, se dedicó a estudiar este grupo virtual de ayuda y reunir múltiples conclusiones en un estudio científico. Analizando la esencia que caracterizaba a esta comunidad, afirmó que un aspecto clave es que el grupo animaba de forma explícita a que cada persona relatase su historia particular y destapase los verdaderos sentimientos que ésta le producía.

La capacidad de contar la propia historia, sin dejar nada fuera, puede convertirse en un verdadero antídoto para la adicción a la pornografía.

Todos necesitamos una comunidad en la que se nos recuerde que nuestro valor y dignidad no dependen denuestros actos, mucho menos de un problema que pueda escaparse de nuestro control. La adicción a la pornografía, tal y como noallapornodipendenza demostró, tiene nombre y apellido: no es una aberración, sino un comportamiento estudiado, lleno de tabús, pero también de remedios. Pedir ayuda es uno de ellos.

Familiares, amigos, profesionales o grupos de ayuda. Encontrar un espacio en el que poder contar TU historia puede ser el primer paso para darle una vuelta a tu vida.

 

Referencias:

Cavaglion, G. (2008). Cyber-porn dependence: Voices of distress in an Italian Internet self-help community. International Journal of Mental Health and Addiction, 7(2), 295–310. https://doi.org/10.1007/s11469-008-9175-z

Testimonio en italiano de Vicenzo Punzi: https://www.youtube.com/watch?v=MrYYs0AWc6A

https://www.noallapornodipendenza.it/

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Grooming, la peor palabra del mundo https://www.daleunavuelta.org/grooming-la-peor-palabra-del-mundo/ https://www.daleunavuelta.org/grooming-la-peor-palabra-del-mundo/#respond Thu, 18 Apr 2024 10:40:32 +0000 https://www.daleunavuelta.org/?p=20289 Las redes sociales nos brindan muchas oportunidades, pero también muchos riesgos. El grooming es uno de ellos, y quizá el peor.

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Con la aparición de Internet y las pantallas en nuestro día a día, han aparecido también nuevos riesgos ante los cuales la sociedad puede verse poco preparada: consumo compulsivo de pornografía, sexspreading, sextingLas tecnologías actuales han creado un espacio para nuevos tipos de interacción social. Sin embargo, también han expuesto a los más jóvenes a nuevas vulnerabilidades digitales, como la interacción con desconocidos en el grooming. Son el tipo de riesgos que amenazan con aumentar más y más la victimización sexual de nuestros menores.

Una palabra que no debería existir

Annie, una adolescente de 14 años, conoció a Charlie por las redes sociales, un chico un par de años mayor que ella. Aunque él vive en otra ciudad, es atento, de buen aspecto y juega al voleibol como ella. Lo que comienza como una simple amistad se transforma en una relación amorosa con llamadas y mensajes continuos. Sin embargo, cuando proponen conocerse en persona, Charlie resulta ser un adulto de 35 años que termina por manipular y victimizar a Annie.

Este es el argumento de la película Trust (2010), dirigida por David Schwimmer, la cual muestra una oscura parte de nuestra realidad: el grooming.

Este término se usa para definir el acoso sexual a menores a través de medios digitales, principalmente por adultos, que emplean las redes sociales para establecer contacto con niños, niñas y adolescentes con propósitos sexuales. Deliberadamente, se contacta con el menor para establecer un vínculo emocional. Tras ganarse su confianza, se disminuyen las inhibiciones del menor y se propone un encuentro presencial entre ambos o se trata de obtener contenido sexual como fotografías, vídeos, etc., que luego puede ser usado para comercialización, distribución o satisfacción de la propia perversidad sexual.

Etapas del grooming

El grooming es un proceso complejo de manipulación psicológica, que puede durar desde días hasta años. El proceso tiende a darse de forma gradual, según diversas etapas:

Etapa 1: Enganche o atrapamiento. El acosador se aproxima al niño o adolescente, adoptando una identidad falsa, adaptada a los gustos del menor. En esta etapa se establece una conversación en la que se intercambian opiniones, preferencias e intereses, con el objetivo de crear amistad.

Etapa 2: Fidelización. En esta etapa se profundiza en intimidad con el menor, pasando de una conversación trivial a conversaciones en las que se dan datos personales. Con el propósito de fidelizar el vínculo, se intercambian secretos, promesas, etc.

Etapa 3: Seducción. El acosador entonces seduce y sexualiza la conversación, ya sea mediante preguntas y/o relatos. Esto genera en el menor cierta dependencia emocional, lo cual captiva su atención y compromiso.

Etapa 4: Acoso sexual. Esta etapa define el momento en el que la agresión sexual se da de forma implícita y/o explícita, mediante la manipulación del menor solicitando imágenes y/o vídeos o un encuentro presencial. Para conseguir este material, el manipulador puede recurrir a chantaje, extorsión, amenazas o coacciones.

Grooming y pornografía

En nuestra sociedad, hoy en día son pocos los menores que no poseen un perfil de Instagram, TikTok o alguna otra famosa red social. La identidad digital, quién aparentamos ser en estas redes sociales, cobra una importancia mayor, y comienzan las preocupaciones por cada foto que se sube al perfil o la imagen que se retrata de uno mismo en estas aplicaciones.

Cada vez más, los menores recurren a este medio para desarrollar su identidad sexual. Se satisface la curiosidad, no mediante conversaciones o preguntas en la “vida real”, sino mediante visualización de vídeos o contenidos pornográficos.

El grooming y la pornografía se presentan como grandes peligros para los menores porque se nutren de la curiosidad natural que vivimos todos los niños y adolescentes. Lo que comienza como un deseo por saber o por experimentar, termina por abrir una brecha al contacto con desconocidos, el acoso cibernético o el abuso de la intimidad.

Muchas veces el objetivo último tras el grooming es generar y compartir contenidos pornográficos infantiles que se puedan mercantilizar. Estos contenidos son entonces difundidos en plataformas pornográficas, que fomentan la visualización ilegal de dichos contenidos.

Prevención y más prevención

Probablemente no haga falta relatar las numerosas consecuencias del acoso online a menores. El abuso sexual online de menores es un fenómeno en auge, debido al uso generalizado de tecnologías en la vida de los jóvenes. Por ello, es importante aprender a proteger a nuestros menores ante este tipo de situaciones.

Desde el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF) nos proponen unas normas básicas a seguir siempre:

  • Primero, no usar perfiles públicos en las redes. Limitar los perfiles a los conocidos de forma personal y concienciar a los menores sobre este punto puede prevenir que desconocidos accedan a información o datos personales.
  • Siguiendo la misma línea, no añadir a gente desconocida como amigos o ‘seguidores’ en las redes.
  • Tampoco se debe responder mensajes de desconocidos, mucho menos involucrarse en una conversación recurrente.
  • Se debe alertar a los menores sobre el peligro de acceder a cualquier petición de fotos, webcam o chat.
  • Se recomienda también poner fotos de personajes ficticios como foto de perfil, para evitar el acceso a información sobre el menor, su apariencia, etc.
  • Si detectas un caso de grooming, no borres ningún contenido y bloquea el perfil para que éste no pueda ponerse en contacto con el menor. Una vez detectado el caso, lo mejor es que los tutores del menor cursen una denuncia de forma inmediata. También será esencial apoyar al menor afectado: no recriminar ni culparle, sino simplemente hablar con él o ella y acompañarle en el proceso.

Referencias:

Trailer de Trust (2010): https://www.youtube.com/watch?v=eHo2Z3tTuZI

https://www.groomingarg.org/

https://dau.url.edu/bitstream/handle/20.500.14342/3994/TFM_REBECADELFRESNO.pdf?sequence=1&isAllowed=y

INTEF: https://formacion.intef.es/mod/book/view.php?id=2057&chapterid=1713&lang=en

 

 

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Erotismo, cosa de dos https://www.daleunavuelta.org/erotismo-cosa-de-dos/ https://www.daleunavuelta.org/erotismo-cosa-de-dos/#respond Thu, 11 Apr 2024 15:36:02 +0000 https://www.daleunavuelta.org/?p=20193 ¿Existe un erotismo sano? El erotismo es una dimensión esencial del ser humano, pero ¿qué pasa cuando llega la pornografía?

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Si nos remontamos a la Antigua Grecia, probablemente a más de un lector le sonará “Eros”, el dios griego del amor. Si era tan importante como para hacerle un templo y adorarlo, quizá el erotismo de hoy en día, aunque ya no sea un dios, siga teniendo bastante relevancia en nuestras vidas…

Como decíamos, la palabra “eros” designaba el amor apasionado unido al deseo sensual. Si volvemos en el tiempo a la actualidad, la RAE define erotismo como 1) lo que excita el placer sexual, 2) cualidad de ciertos hechos y situaciones que estimulan la sensualidad. El erotismo implica el deseo exclusivamente humano de expresar el amor a través de la sexualidad y la afectividad hacia otra persona. ¿Qué significa esto?

El sexólogo Eusebio Rubio define el erotismo como uno de los cuatro pilares de la sexualidad. Siguiendo la teoría de los sistemas, presenta un modelo en el que la sexualidad se concibe por (1) el género, (2) el erotismo, (3) el vínculo y (4) la reproducción. Bajo esta teoría, el erotismo se define como todo aquello que rodea a la excitación sexual, a la vivencia del placer, incluyendo las ideas, creencias y aspectos mentales que envuelven dicha vivencia.

El erotismo es algo exclusivamente humano. Se alimenta de nuestra imaginación, memoria, fantasía y dinámicas sociales, expresándose de manera muy diferente según la cultura y la psicología cada uno. Puede empezar en un ambiente romántico, una mirada, un roce sutil, un baile o una conversación.

Hace uso de recursos como la palabra, el vestuario, los gestos, aromas y sensaciones, todo al servicio de una sexualidad compartida. El erotismo es la invención, variación incesante; el sexo es siempre el mismo.

La pornografía, una vuelta sobre sí misma

En todo encuentro erótico intervienen siempre dos personas, nunca una en solitario. La pornografía, al igual que la prostitución, destruye lentamente lo más íntimo de las personas: cuando el cuerpo se presenta de manera obscena, la persona se enseña a los demás como un simple objeto disponible, con su aspecto sexual en primer plano de utilidad. La gran dignidad humana se transforma en utilitarismo, disminuyendo a la larga el verdadero placer.

Cuando la pornografía se emplea como recurso para responder a impulsos de la propia sexualidad, se reduce la sexualidad a una sola cosa: el placer individual, la búsqueda de la dopamina. Se dejan atrás el erotismo necesario para seducir y crear intimidad entre dos personas, pues la pornografía se hace alcanzable desde la comodidad de la independencia. No deja hueco para emociones ni romanticismos, es solo placer.

Es entonces cuando la conducta comienza a asemejarse al comportamiento animal, escindiendo lo biológico de las demás dimensiones de su humanidad. Así, la pornografía conlleva un desorden implícito en sí mismo, porque nos lleva a buscar placer sexual al margen del amor o la experiencia compartida. La sexualidad cae en un sinsentido. Y en este sinsentido es donde prospera la adicción.

¿Hay un erotismo sano?

¿Es sano buscar el erotismo? ¿Existe un erotismo sano? La respuesta hay que darla en mayúsculas: POR SUPUESTO QUE SÍ. Los griegos no se equivocaban al darle tantísima importancia: el erotismo existe en la biología, psicología y sociedad del hombre y de la mujer. Sin embargo, hay que saber cómo y dónde buscarlo para poder saciarlo.

Hoy en día, hay contenidos pornográficos que se venden en las redes como una falsa forma de erotismo: anuncios de perfume que tratan de despertar nuestra sensualidad, películas con escenas explícitas que se disfrazan de romance, la saturación del sexo en la publicidad… Se trata de sutiles trampas que tientan a una parte de nuestra naturaleza más humana: el deseo de vivir la sexualidad en su plenitud.

Por ello, no solo es que el erotismo sea sano, sino que es necesario para mantener relaciones románticas duraderas y plenas, que sepan entender la belleza de seducir y cuidar todo un vínculo. Sin embargo, es necesario luchar por proteger nuestro erotismo de trampas como las que nos ofrece la pornografía. Estas trampas reducen nuestra sexualidad a una mera búsqueda de placer, cuando la sexualidad humana consiste en mucho más… y mejor.

 

Referencias:

https://biblioteca.unipac.edu.mx/wp-content/uploads/2017/06/Sexualidad-Humana.pdf#page=48

https://www.smujerescoahuila.gob.mx/wp-content/uploads/2020/05/Sobre-la-sexualidad-humana.pdf

https://www.researchgate.net/profile/Jaime-Nubiola/publication/242611338_Erotismo_y_pornografia/links/56228b0608aed8dd194408aa/Erotismo-y-pornografia.pdf

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Las seis trampas del “yo controlo” https://www.daleunavuelta.org/las-seis-trampas-del-yo-controlo/ https://www.daleunavuelta.org/las-seis-trampas-del-yo-controlo/#respond Thu, 04 Apr 2024 16:05:30 +0000 https://www.daleunavuelta.org/?p=20149 ¿Qué significa tener una adicción? O, ¿cómo puedo saber si mi amigo o familiar es adicto a algo? ¿O si yo mismo tengo un problema?

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Aunque pueda parecer algo obvio y fácil de detectar, hay muchos comportamientos que se encuentran en la delgada línea divisoria entre lo que es una verdadera adicción o un mero comportamiento repetitivo.

Existe también la ilusión o la trampa del “yo controlo”. Muchas personas que ya han cruzado la línea de la adicción continúan creyendo que “cuando quieran podrán parar”. Sin embargo, se trata de una falsa sensación de seguridad que les permite continuar en la comodidad del comportamiento adictivo. Se dicen a sí mismos que controlan para no enfrentarse a la realidad: que se están adentrando en un peligroso camino, en el cual hay que hacer un gran esfuerzo para salir.

El psicólogo Mark D. Griffiths responde a las preguntas planteadas. Este experto en adicciones comportamentales considera que, para que una conducta pueda definirse como adicción debe cumplir seis criterios:

1. Saliencia. Esta palabra define la importancia que cobra el comportamiento adictivo en nuestra vida. De repente, la idea de repetir la actividad nos domina. Nos encontramos pensando en ello, en repetirlo, o con fuertes sentimientos de antojo o deseo de volver a ello. También podemos hacer cosas que no solemos hacer, como dejar de ir a ciertas actividades sociales o abandonar diversos hobbies solo para dedicarle más tiempo a nuestra adicción.

2. Modificación del humor. Cuando llevamos a cabo la actividad, nos produce cierto placer o un estado de adrenalina que modifica nuestro humor. En la adicción a la pornografía, se dispara la dopamina en nuestro cerebro para obtener la gratificación a corto plazo que tanto ansiamos. Venimos con cansancio, frustración o agobio, y salimos con gratificación.

A veces, incluso entramos en un estado de inconsciencia, llamado “el punto de no retorno”. Es el punto en el que esta euforia se encuentra tan cerca de nuestro alcance que nuestra consciencia se nubla en búsqueda de esta excitación.

3. Tolerancia. Nuestro cuerpo nos pide más y más. Lo que antes me llevaba a ese estado de euforia, ahora no es suficiente y por ello, necesito más. En la tolerancia, notamos que nuestro cuerpo y emociones se han acostumbrado o desensibilizado, al igual que un alcohólico a quien ya no le afecta el alcohol. Como resultado, comienza la búsqueda de material nuevo que pueda alimentar nuestra adicción. Algo que pueda devolverme el subidón.

En muchas adicciones la tolerancia se combate con un mayor consumo; en la pornografía, y esto es muy importante, el verdadero problema es que no nos satisface la cantidad sino la variedad, la novedad. Algo diferente… por el hecho de ser diferente, no porque me guste. Aquí radica el origen también de muchas perversiones y parafilias.

4. Síndrome de abstinencia. Esta idea proviene de las adicciones con sustancias como las drogas, en las cuales frenar la ingesta de forma repentina puede producir efectos negativos como nerviosismo, ansiedad, insomnio e incluso temblores o sudoraciones, entre muchos otros.

En el caso de una adicción a un comportamiento, como lo es ver pornografía, no ocurre en todas las personas. Pero no sería de extrañar que cesar el comportamiento pudiese hacernos sentir irritables, ansiosos e incluso enfadados. Encontrarnos en una situación en la que no podemos acceder a este contenido puede disparar todo tipo de reacciones negativas debido a nuestra adicción.

5. Conflictos. Aquí hacemos referencia a dos tipos de conflictos. Por un lado, se presentan problemas en nuestro entorno, con nuestras relaciones interpersonales o laborales. A medida que priorizamos nuestra adicción (aunque sea inconscientemente) y permitimos que llene nuestros pensamientos y emociones, dejamos de priorizar otras cosas. Surgen quejas de aquellos que esperan cierto rendimiento de nosotros, o de aquellos a los que no les dedicamos tanto tiempo como antes. Nuestras calificaciones escolares o resultados laborales pueden sufrir un bajón, y ya no ponemos tanta atención en las relaciones de las que somos responsables.

Por otro lado, surgen conflictos “intrapsíquicos”, con nosotros mismos. Aquí entran la culpa, la impotencia y la frustración que nos produce seguir haciendo algo que queremos dejar de hacer. Nuestros momentos de reflexión en los que decidimos “no volver a hacerlo”, parecen poco fructíferos. Además, aparece todo el daño a la autoestima: los pensamientos negativos sobre nosotros mismos o darnos cuenta de que la sensación de seguridad y el “yo controlo” quizá no son tan reales.

6. Recaída. Este aspecto se resume en la frase popular el adicto es adicto de por vida”. Esta frase no se refiere a que la adicción vaya a permanecer para siempre, sino que el riesgo de recaída es un elemento muy presente en la vida del adicto. Se trata de un fantasma siempre presente, que añora volver a aquello que era cómodo, al patrón adictivo que se repetía con tanta frecuencia.

Estos seis elementos nos enseñan qué significa ser un adicto, y qué comportamientos pueden no formar parte de una adicción, por mucho que lo parezcan. Es importante destacar que cada persona lo vive de una manera personalizada. Hay muchos otros elementos que pueden caracterizar determinadas adicciones, pero no estar presentes en otras. Tener seis elementos de referencia nos ayuda a categorizar qué nos ocurre de forma específica, y saber cuándo necesitamos buscar ayuda.

Referencias:

Griffiths, M. D. (2014). Griffiths, M.D. (1996). Behavioural addictions: An issue for everybody? Journal of Workplace Learning, 8(3), 19-25. Nottinghamtrent.

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El iceberg de la pornografía https://www.daleunavuelta.org/el-iceberg-de-la-pornografia/ https://www.daleunavuelta.org/el-iceberg-de-la-pornografia/#comments Thu, 21 Mar 2024 12:43:09 +0000 https://www.daleunavuelta.org/?p=19995 Nuestras creencias y esquemas mentales constituyen ese iceberg que uno debe descubrir y sanar.

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Los casos de adicciones suelen resultarnos muy llamativos. Películas populares como Trainspotting(1996) o El Lobo de Wall Street (2013) recogen las adicciones como un tema de gran interés. Por alguna razón, nos genera cierto misterio entender cómo ha acabado una persona envuelta en una situación de adicción de la que no puede salir.

En el caso de la adicción a la pornografía, puede ser que la misma adicción nos parezca “la peor parte”. Cuando pensamos en adicción, pensamos en las recaídas, la lucha constante, el “mono” de volver a vivir la sensación, e incluso la sensación de esclavitud. Sin embargo, la adicción es sólo la punta de un gran iceberg. El verdadero problema se compone también de aquello tras la adicción. La parte del iceberg que nadie ve, que queda escondida debajo, alimentando nuestras dificultades.

¿Qué se esconde debajo de la adicción?

Nuestro iceberg escondido podría resumirse en lo que se conoce comoesquemas mentales”. Todos tenemos una serie de esquemas cognitivos que almacenan toda la información que hemos ido aprendiendo del mundo y de los demás hasta ahora. Estos esquemas mentales nos sirven como un mapa para entender lo que nos sucede, y clasificar la información que nos llega para darle un significado personal.

A medida que experimentamos situaciones nuevas, nuestros esquemas pueden modificarse y adaptarse. Sin embargo, aquellos esquemas aprendidos en la infancia pueden permanecer con nosotros a nivel inconsciente. De esta forma, interpretamos situaciones del presente con unos esquemas que se formaron en el pasado.

El “feo” de Juan

Por ejemplo, imaginemos el caso de Juan. Juan sufrió una experiencia de bullying en sus primeros años de colegio. De forma repetida, compañeros de su clase se burlaban de él por su aspecto, su nariz y su estatura. Juan generó un esquema mental, una creencia sobre sí mismo de que “es feo”, y de que sus compañeros le rechazaban por ello. Al crecer y convertirse en un adulto, Juan pasó por varias rupturas amorosas, tras las cuales se desmotivó profundamente. No podía evitar pensar que “las chicas le rechazaban porque es feo”, lo que le causaba una profunda tristeza.

La creencia que Juan generó sobre sí mismo en un pasado pervive en él a lo largo de los años, de forma inconsciente. Sin embargo, lo que Juan no comprende es que esa creencia no tiene por qué ser verdad. Puede ser que los niños que se burlaban de él buscasen cualquier excusa para llevar a cabo la burla; además de que, con el paso de los años, Juan ya no tenía el mismo aspecto que en su niñez. Sin embargo, el aprendizaje que realizó en su pasado permanece en su esquema mental.

En el fondo y en el centro

En el caso de personas adictas a la pornografía, puede que se den determinados esquemas mentales o creencias que componen la parte del iceberg más oculta e inconsciente. Por ejemplo, el experto en adicción al sexo, Patrick Carnes (1983) hablaba de cuatro creencias que este tipo de pacientes tenían en común. Son cuatro creencias que inconscientemente se convierten en un núcleo para la persona, alrededor del cual emana un comportamiento adictivo.

1. La primera se relaciona con el autoconcepto y la autoestima, con la forma en que nos percibimos y valoramos a nosotros mismos. Muchos de nosotros vivimos a lo largo de nuestra vida experiencias en las que nos sentimos fuertemente rechazados, como en el caso de Juan.

Estas experiencias nos llevan a pensar que hay en nosotros un factor que los demás rechazan, es decir, que la culpa es nuestra. Generamos una creencia de que “no somos suficientes” o “no somos buenos”. A raíz de una o varias experiencias desagradables, aprendemos erróneamente que, en el fondo, somos peores que los demás en algo.

2. La segunda se relaciona con nuestra forma de vivir las relaciones, con el vínculo que generamos con los demás. Si partimos de la primera creencia, que no somos suficientes para los demás, se genera en nosotros una sensación de que “nadie me querrá tal y como soy”, según Patrick Carnes.

 

Por ello, nos vinculamos con los demás desde la apariencia. Nos ponemos máscaras y maquillamos nuestros defectos en un intento de ser más atractivos para las personas que nos rodean. Muchas veces estas máscaras nos llevan a hacer cosas que no nos representan verdaderamente o que, en el fondo, no queremos hacer.

 

3. La tercera se relaciona con nuestra forma de entender la sexualidad. Especialmente aquellos adictos al sexo o a la pornografía pueden percibir que el sexo es una de las necesidades más importantes que tenemos. Esta percepción quizá se da a nivel inconsciente, sin que nos demos cuenta explícitamente.
Esto explica que la idea de no volver a ver pornografía pueda generar cierto miedo o ansiedad… Porque implica no volver a realizar nunca algo que me produce un placer que satisface mi necesidad. Sin la pornografía, ¿cómo voy a satisfacer una necesidad sexual a la que estoy tan apegado?

 

4. Por último, una cuarta creencia tiene que ver con nuestras necesidades y con la expectativa que tenemos de que se puedan satisfacer de forma sana.

 

Al acudir a la pornografía o al sexo, estamos mandando un mensaje de que “yo solo puedo satisfacer mi necesidad. Nos autoaislamos del mundo para obtener placer. Asimismo, optamos por la pornografía porque no concebimos otra manera de obtener ese placer o de lidiar con la necesidad.

 

No tiene por qué darse el patrón que propone Carnes en todos nosotros. Sin embargo, resulta muy iluminador mirar hacia dentro, debajo del agua donde se esconde nuestro iceberg. Cuestionarnos en un proceso de reflexión: ¿qué pienso yo verdaderamente? ¿qué creencias pueden estar contribuyendo a que yo acuda a la pornografía? ¿En qué momentos me siento rechazado por los demás?

 

Referencias:

Carnes, P. (1983). Out of the Shadows: Understanding Sexual Addiction. CompCare

Publishers.

Camacho, J.M. (2003) El ABC de la Terapia Cognitiva. URL: https://www.fundacionforo.com/pdfs/archivo23.pdf

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La industria más oscura del mundo https://www.daleunavuelta.org/la-industria-mas-oscura-del-mundo/ https://www.daleunavuelta.org/la-industria-mas-oscura-del-mundo/#respond Sat, 24 Feb 2024 16:08:34 +0000 https://www.daleunavuelta.org/?p=19856 Detrás de una bonita fachada de entretenimiento, la industria esconde una red oscura y muy poco regulada.

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Poco se ha escrito sobre la industria de la pornografía. Quizá porque poco se ha podido escribir hasta la fecha. Vayamos a algunos datos reales: un vídeo publicado en Pornhub se replica en otras 45 páginas web y acumula más de 5 millones de reproducciones. ¿Pero qué significan realmente esas «visualizaciones»? ¿Son números fríos o representan personas reales consumiendo contenido? La línea entre ambas se vuelve borrosa en un mundo donde la privacidad y el consentimiento son frecuentemente pasados por alto.

A diferencia de compañías como Disney, que actúan rápidamente para eliminar cualquier infracción de derechos de autor, el panorama es distinto en Pornhub. Mientras que la música pirateada desaparece en un abrir y cerrar de ojos, los videos pornográficos, incluso aquellos que violan el consentimiento de las personas involucradas, pueden permanecer en línea indefinidamente.

“Sí, acepto” aunque sea un “no” 

Detrás del telón de Pornhub se encuentra MindGeek, el segundo jugador más grande en la industria pornográfica. Con un volumen de negocio que supera los 460 millones de euros en 2018, MindGeek opera una red de acceso a más de 5 sitios web pornográficos, incluido Pornhub, que acumula más de 3 mil millones de visitas mensuales, unos 100 millones cada día. Sin embargo, el misterio y el secreto rodean a esta empresa, ya que sus empleados están obligados a mantener silencio y nunca hablar con la prensa.

La única barrera entre un vídeo y su publicación en Pornhub es una simple confirmación de consentimiento por parte del usuario. Un clic de «Sí, acepto» es todo lo que se necesita para que cualquiera pueda convertirse en el protagonista de un video porno.

Desnudando al gigante 

Vamos a profundizar un poco más. En diciembre de 2020, un artículo explosivo del New York Times destapó una serie de problemas graves en Pornhub, incluyendo la presencia de contenido ilegal como pornografía infantil, violaciones, venganza pornográfica y material robado. A raíz de esto, Pornhub se vio obligado a realizar una «limpieza” de miles y miles de vídeos con este contenido. Se vislumbra entonces una salida y un freno a este gigante.

El escándalo también llegó a la esfera política, con el primer ministro de Ottawa siendo interpelado para tomar medidas contra la multinacional de la pornografía. Sin embargo, a pesar de los llamamientos, la legislación necesaria para regular a Pornhub y sus similares nunca vio la luz. MindGeek continuó actuando a pasos mastodónticos.

Los números son impactantes: en 2022, uno de cada cinco títulos en la página de inicio de Pornhub describía algún tipo de violencia sexual, especialmente los de contenido sobre relaciones intrafamiliares y de incesto. MindGeek incluso va más lejos, encargando deliberadamente contenido como el recién mencionado para atraer a una audiencia cada vez más exigente, que busca más y más.

MindGeek pisotea sin mirar atrás

Para MindGeek, el dinero lo es todo. Esta monstruosa multinacional busca generar la mayor cantidad de ingresos posible sin preocuparse por las repercusiones éticas o sociales de sus acciones. ¿Cómo? Con publicidad… y no precisamente con anuncios de Zara. Esta es su principal fuente de ingresos, contribuyendo con aproximadamente el 50% de sus ganancias, lo que equivale a unos 230 millones de euros. Y para conseguir esos ingresos, los empleados están bajo la constante presión de autorizar la mayor cantidad de vídeos posible, sin importar las consecuencias.

Además, dato curioso: en caso de que un usuario no sea el protagonista del vídeo que publica, puede perder los ingresos de los anuncios…pero el vídeo permanece en línea. ¿Y a dónde van sus ganancias? Directas al bolsillo de los dueños de Pornhub.

Esto continúa de forma desmedida. En marzo de 2023, MindGeek cambió de manos, pasando a ser propiedad de varias sociedades con sede en paraísos fiscales como las Islas Vírgenes Británicas. El nuevo grupo, denominado Aylo, está apoyado por un fondo de capital llamado ECP, Ethical Capital Gruop. (El nombre merece un todo un premio a la contradicción). Sus accionistas son anónimos e inaccesibles: una capa más de opacidad a esta ya oscura industria.

En resumen, detrás de la aparente fachada de “entretenimiento” de Pornhub y MindGeek se esconde una realidad mucho más sombría. La falta de regulación, la explotación de la privacidad y el consentimiento, y el enfoque implacable en los beneficios financieros son solo algunas de las preocupaciones que rodean a esta industria. La pregunta que queda en el aire es: ¿a qué costo estamos permitiendo que esta industria pornográfica prospere en el mundo digital?

Referencias:

https://www.rtve.es/play/videos/la-noche-tematica/porno-negocio-despiadado/15962738/

 https://www.nytimes.com/2020/12/04/opinion/sunday/pornhub-rape-trafficking.html

 

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